Mundohifi se ha convertido en tiempo récord en el foro mas pitufo de todos los que he conocido jamás. Mas incluso que taradoplanet, que ya es decir.
Pero que politicamenyte correctos os habeis vuelto.
Os recomiendp un corto metraje de Berlanga "Se vende un tranvia", describe lo que está pasando en ese foro.
El cortometraje, tal como se puede ver en los breves créditos iniciales, iba a formar parte de una serie para televisión titulada Los pícaros; sin embargo, la imagen que la película daba del país no era la más hermosa, ni la más adecuada para publicitar en la televisión franquista, y el cortometraje fue rechazado, paralizándose la serie. Se vende un tranvía, inscrito en la tradición clásica de la picaresca española, narra la historia de Julián, “El Toribio” un listo, aunque cutre, timador tópicamente español (bajito, casi calvo y con bigote), interpretado con gracia por José Luis López Vázquez, que trata de engañar a un agricultor rico e inculto, vendiéndole un tranvía. El cortometraje, que comienza y termina en el patio de una cárcel, en ningún caso podía ser santo de la devoción de la televisión del Generalísimo, había muchas razones para lo contrario: el retrato amable que la película ofrece de los delincuentes, la implicación del mundo católico en la burla (el pueblerino timado define al timador como “muy católico”, una de las timadoras implicadas en el engaño se hace pasar por una beata empedernida, la segunda parte de la farsa que culmina en la estafa transcurre en una iglesia y, por si fuera poco, Julián se despide de la iglesia santiguándose precipitada y burlonamente en dos ocasiones, casi mirando frontalmente a la cámara) y, sobre todo, el retrato de una España compuesta por delincuentes, ingenuos (que se acaban convirtiendo también en estafadores, como el aldeano timado al que vemos en la cárcel junto a Julián, al final del filme) y conspiradores (“Conspiradores a vueltas siempre con sus consignas”, los define la voz en off de Julián cuando presenta a los personajes del café en el que se produce el encuentro entre timado y timador). Quizá… ¿Un buen e incómodo retrato de aquella España?
Juas!!!!
Saludos.
Emilio