Me bastaron dos movimientos de Mahler: el primero de la 3ª y el cuarto de la 2ª sinfonía para darme cuenta que su sonido es





Luego, el resto de asistentes pusieron sus horteradas

Resumiendo, Andreu tiene un equipo de ensueño, sin limitaciones de SPL y que emula, en lo posible, el sonido que podemos disfrutar de una orquesta en directo.
Al día siguiente coincidimos en la novena de Beethoven en el Aditori de Barcelona y disfrutamos de lo lindo. En estas ocasiones es cuando se te rompen los esquemas y te das cuenta de dos cosas: la belleza del sonido de una orquesta+coro en directo y de lo incapaces que son nuestros equipos, por muy buenos que sean, de emularla.
Gracias a Andreu & familia por su hospitalidad.
