Digo lo de torpes porque el otro día un amiguete que tiene un pequeño estudio de grabación doméstico me comentó que hizo una prueba: había grabado simultáneamente la salida analógica de la mesa de mezclas en dos grabadoras digitales diferentes. Ambas grabadoras tenían la misma resolución y frecuencia de muestreo (16bits, 44Khz). Posteriormente comprobó en el PC que las muestras tomadas no coincidían… pero sonaban igual (reproducido con un ampli pro y las cajas tipo monitor pero no me acuerdo, chorry). Puedo asegurar que tiene buen oído ya que es músico “pofesional” de los de conservatorio superior y tocar en orquesta, así que no pide bajos profundos y agudos amarfilados, sino simplemente fidelidad. No repitió la prueba a mayores resoluciones y muestreos porque si con grano grueso no distingues, olvídate del fino.
Si partimos de las premisas que las fuentes digitales, los amplis y los cables (todo con un mínimo) no son distinguibles, entonces ¿dónde está el talón de Aquiles?. Debe de estar en el resto de la cadena: los altavoces, la sala y nuestros oídos –fundamentalmente-.
Que conste que esto fue sólo una conclusión a la que llegamos tomando un cafelito. Si creéis que es errónea, corregir sin problemas.
![Very Happy :D](./images/smilies/icon_biggrin.gif)
Saludos.
Frodenas.