El profesor Harris, tipo elegantoso y simpaticón, dio unas lecciones de piano a la embotellada audiencia, con un repertorio de manual plagado de standars: Embreaceable You, Night In Tunisia, Well You Needn't, ... y lo mejor de todo: Triste de Tom Jobim: alegre tema que repitieron con el público tarareando y bailando. El cachondo de Barry tuvo un lance de segunda juventud y se puso también a bailar. Total, solo gasta 77 primaveras el jodío.
Nos impresionó el baterista sevillano Jimmy Castro tocando samba a lo Edison Machado: carioquinho a tope. El tipo disfrutaba cual impúber siguiendo a Harris. Castro destila una felicidad contagiosa en su rostro. Por buscarle las vueltas, diría que se asemeja a Jimmy Castor: nominalmente y de modo estomatológico. Se ve que tengo e día Scrabble. El contrapunto lo puso Alex Milosevich y su walking bass: cool, cool, cool y requetecool.
Una anécdota para la reflexión: cuando hacíamos cola estaba el saxofonista Malik Jaqub en la otra acera, con su bolsita de deportes estilo currela años 70, apolillado gorro de lana, delgadez de cuadro del Greco ... Lo debieron colar tras disolverse la cola, valga la rebuznancia, y el entreacto lo pasó charlando con el siempre elegantísimo Harris: curiosa escena entre dos grandes en muy diversas circunstancias. A Malik más de uno lo habrá visto tocando en Callao para pagarse la pensión. Yo en una ocasión le di un par de monedas y el tipo se empeñó en venderme un CD en directo con una verborrea inconexa y deslavazada.