


Ya te digo!
Hay peña a la que es preferible echarle de comer aparte.

De jovencillo (12-15 años) pal tiempo de las piñas, nos juntábamos unos cuantos zagales y tirábamos pal bosque que está cerca de casa, a saquear los pinos para vendérselas a un trapaire, al cual le dábamos el salto por la noche y al día siguiente vuelta a empezar, así hasta que se daba cuen que las piñas que le vendíamos por la mañana, eran las mismas que había pagado el día anterior.
Güeno, el caso es que una de esas veces, estando en el bosque cogiendo piñas, se acerca un antigüo de unos cincuentaitantos, con un melocotonazo de la hostia y empieza a comernos el coco, que si yo tal, que si en sus tiempos había sido cinturón negro cogiendo piñas...

Total que empezamos con el cachondeo y al final terminamos apostando el saco que llevábamos recogido a cambio de 20 duros del veterano; a que cualquiera de nosotros subía antes a la copa de sendos pinos, lo más parejos posible entre sí que previamente habíamos seleccionado democráticamente como prueba de "alpinismo".
Imagínate el tema... escogimos al más ágil de grupo (un elemento de 14 o 15 años que se encaramaba a los árboles como un puto gato) para que compitiera contra el menda y su borrachera.

Y ahora digo yo, lo que dice el ciclista de tu enlace... si no hubiese estado allí, no me lo creo.

Le dejamos una cuerda para subir y subió hasta la copa como un relámpago, antes que nuestro colega y se nos quedó una cara de tontos que paqué.

Al final, después de reírnos un rato con él y la hazaña, le invitamos a tabaco y nos perdonó el saco de piñas que habíamos apostado, mientras se alejaba con su melocotonazo de vino y más ancho que alto.


Ah! usté con dió!!!