RR escribió:
Me parece que la comparación no funciona. Randy Weston en el Central es la realidad, y nuestros altavoces en casa son la foto de la realidad, nada que ver. Si se grabara en cámara anecoica, todavía, pero si no, son dos salas sumadas.
Hola Roberto,
vamos a separar dos realidades. La objetiva: esa que a Miguel le está machacando la mano. Se mide, se diseña, se calcula... todo conforme a un método y da un resultado repetible. La subjetiva: si a mi lo que me gusta es el sonido esparcido miserablemente por la sala, pues me gusta. Que le voy a hacer.
Probablemente muchos de los foreros de diyaudio sufrirían un colapso nervioso si fuesen al Cafe Central a escuchar a Randy Weston o al que toque esta semana. A los que soís de Madrid os recomiendo ir algún día, aunque no os guste el jazz la experiencia merece la pena. Aunque solo sea por el caracter de resistentes culturales de los socios propietarios de este local, que contra viento y marea luchan contra el desierto cultural (más allá de los brillos oficialistas capitalinos) de este madrid faraonico asediado por las constructoras.
El local era una antiguo taller cristalería (creo, no estoy seguro) de dos plantas. El pequeño escenario está en la planta calle. Se ve al fondo de la foto.
Como excelente tratamiento acústico tenemos un frontal de vidrio bien grande dando a la calle.
No es de sección rectangular y hay un pasillo a dos salas, una pequeña y otra grande, que están al fondo, donde no se pueden ver las actuaciones y configurando una "excelente" camara resonante lateral a la derecha del escenario. En la sala principal el escenario no está simetrico y hay columnas que a algunas mesas les impide la visión de parte del escenario.
En este marco "acusticamente incomparable" he disfrutado de algunas de las mejores actuaciones de jazz a las que he asistido, en las cuales la calidad sonora permite, muy sobradamente disfrutar de buena musica en vivo.
¿Como hacen para que desde algunas reconditas mesas llegue bien el sonido? Pues bien Roberto, la realidad que buscamos en casa está compuesta por un sistema Bose de sonido para salones de actos y cosas así. Son como esa caja negra que se distinguen malamente en lo alto de las columnas de la sala (que por cierto estan forradas de espejos, para mejorar aún más la acústica).
Hay varias cajas de estas en todo el local y desde una mesa de mezclas que esta situada detras de donde suele sentarse el pianista se controla su nivel y la mezcla de los micrófonos.
Se emplean precisamente para lo que estamos hablando: distribuyen y homogeneizan el sonido. No suenan a nivel muy alto, de forma que si en la mesa de al lado hay quien pasa del concierto te lo amarga sin llegar a necsitar hablar a gritos. El sonido principal llega claramente desde el escenario, no "sale del techo".
El bateria no suele llevar micrófono. El piano si. Y los vientos suelen manejarse con micros ambientales. El contrabajista lleva su propio ampli y altavoz (la caja negra) detras suyo en el escenario y amplifica el contrabajo con un piezoelectrico de rigor adosado a la parte baja del arco.
Sobre esta instalación que mucho diyaudistas calificarian de "desastre", se crea un sonido REAL. REAL.
Y cuando alguno de los que saben manejar los interruptores no está y el concierto comienza sin la sonorización Bose, se nota y a peor. Incluso sentado frente a los músicos.
¿Por qué la realidad ahora es un maldito sistema de sonorización Bose? Porque no existe el sonido absoluto. Ni siquiera el sonido real es un sonido absoluto. Porque el sonido real es una combinación de gustos y criterios estéticos que pertenecen al ámbito cultural de cada uno. No voy a decir que el "Sonido Cafe Central" es el que más me gusta. Hay muchos otros sonidos "reales" que tambien me han gustado. Lo que le va mal al jazz es tanto el polideportivo como la sala de conciertos. Es la música de las distancias cortas. Hasta en disco suena mejor el jazz en sala pequeña, en estudio pequeño (pequeño relativamente claro). Nació así, se desarrollo así. Nuestros oidos se acostumbraron a eso. No hay nada que hacer: la ciencia no va a cambiar un criterio estético porque no es su función.
La idea que al menos yo tengo es que en mi casa pueda acercarme a ese gusto o criterio estético que me permita que la imaginación me lleve al Cafe Central. Para eso, y para muchas otras cosas, la direccionalidad de los medios tiene una importancia bastante más que secundaria.
Puestos a no interaccionar con la sala, nada mejor que unos auriculares bien ecualizados. Pues a veces apetece escuchar así la música.
¿Quieres que te diga lo maravilloso que es acusticamente el Village Vanguard de NY, el club donde se han grabado una tremenda cantidad de discos esplendidos?
Por cierto, Roberto, muy interesante el artículo que nos propones. Prometo leermelo.