Llevo todo el fin de semana enganchado a ellos.
El peque de cinco añitos los oye cuando vamos en el coche y ya tararea el tío: "ayambom yuyu, ayambom yan dee"

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Me recuerdan (no sé si por tu tierra también se estilaba hace años) a lo que aquí llamábamos cariñosamente "el circo de la cabra": señores que iban de barrio en barrio con un organo, un amplificador, un pedazo de altavoz y una cabra que la pobre tenía que hacer equilibrio encima de un vaso, un trozo de madera o vete tú a saber

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Ese organillo con esos ritmos enlatados que incitaban al bailecillo: "ayambom yuyu, ayambom yan dee"

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