Hola:
El concepto es el mismo. Aquí lo interesante es que el soft parece que ayuda en el proceso de diseño del altavoz. Y eso es una gran diferencia. Hay un artículo de Vance Dickason (el del Loudspeaker Design Cookbook) en Voice Coil, que me acabo de bajar a ver qué se cuenta.
Por lo demás, al FIRtro se basa en un PC, esto es un chip (o chips) DSP. Creo recordar que la potencia de cálculo (longitud de los filtros, nº de vías) era asombrosamente menor, pero eso salvo en graves no tiene que ser un problema. Los filtros, eso sí, tienen grandes pendientes pero no la sburradas exhibiconistas que yo uso. Me gusta así, pero tal vez mucho menos sea prácticamente equivalente, supuesto que siga siendo mucho (evitación de lobing y cancelaciones espaciales), digamos del orden de los 100 dB/oct, que están al alcance de este bicho (lo digo de memoria).
Otra cosita interesante es que esto además es un previo, es decir, hay mando de volumen integrado, pero me gustaría saber más sobre cómo lo implementa.
Y sobre todo me gustaría saber más sobre los algoritmos (o mejor dicho, sobre las estrategias) de corrección de habitación que utiliza. (Me he prometido evitar en lo posible la palabra sala, por puro esnobismo. Es como un conocido mío, que en el colegio decidió no usar la pierna derecha para jugar al fútbol, hasta que no pudiera distinguir entre las dos

).
Vamos, me parece un producto de lo más interesante, inteligente y hasta donde puedo ver, honesto, que ofrece el audio comercial.
El FIRtro es ideal para el experimentador, porque no tiene límites prácticos en potencia y versatilidad, pero al 90% de los usuarios potenciales (digamos, HUMitas con behri dcx) eso les debería traer sin cuidado.
Como habéis dicho, dineros aparte, claro, la diferencia es del orden de diez a uno.
Un saludo,