Pues ya es mañana, y como lo prometido es deuda.................
En la invitación que recibí de Andreu ponía que la barra del bar se abría a las 10 a.m.. Pero claro, el ser en domingo, el vivir yo a 110 km., y la edad que no perdona, hicieron que no llegáramos (mi mujer y yo) hasta las 12 y media pasadas.
Antes de entrar en casa de Andreu algo ya me decía que este chico, más que al hermano de Bill Gates, me recuerda a George Malley después de observar una luz en el cielo (tal vez su propio reflejo, el reflejo del Dios de grandes orejas, quien sabe...)
Sin ni siquiera haber llegado a la altura de su casa, abrió la puerta para recibirnos. ¿ Telepatía ? ¿ Poderes ? ¿ Las vistas del gran ventanal de la cocina ? Me temo que nunca lo sabré.
Una vez en su casa, nos presentó a su encantadora mujer, a Jordi (Huroncito), y a José Luis Bravo. Un pitufo, azul azul azul !!!! Por un momento pensé que no era Andreu sino el Matamatrixeros que lo había vuelto a poseer. Entonces recordé que George Malley es bueno, que utiliza sus poderes en beneficio de sus amigos : tranquilo Enrique, que sólo tendrás que enfrentarme a Gustav Mahler, pensé.
La primera estancia donde fuimos conducidos fue la cocina. Lo siento Andreu, pero como decía Mayra Gómez Kemp, yo nunca miento. José Luis nos preparó un vermouth por todo lo alto, del que no sabría si destacar lo que se come o lo que se bebe. Y después de un par de copitas, bajamos a las mazmorras.
Mas tarde, justo antes de comer, aparecieron Encarni, Francisco, Atcing y Miguel.
Como muy bien ha advertido Vivaldi, esas caras (al menos las de algunos, ya que no sé si el segundo grupo repostó antes de llegar) son consecuencia, en parte, de vermouth y ginebra. Pero de la buena, y comprado todo en la tienda mas pija de mi pueblo, ya pijo de por si, que es Sant Cugat (casualmente José Luis es vecino mio). Y todos sabemos que el alcohol “de marca” no emborracha, y mucho menos afecta a los sentidos. Así que en esta ocasión, tienen razón los dos, Vivaldi y Andreu. Luego comento la experiencia en la sala.
Un poco más de escucha, y por fin nos dieron de comer. Y por cierto, sinceras felicidades a la cocinera.
Después, una larga y acalorada sobremesa, capitaneada por Atcing y José Luis como ya ha comentado Andreu, y finalmente otra sesión de escuchas varias.
Ahora vamos a lo que importa. A comentar el mejor equipo del mundo mundial como lo define su dueño : la sala de Andreu.