por NEEMO » Vie 31 Ago 2012 , 21:09
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"En la película Recuerdos (Stardust Memories), Woody Allen asegura: "No sé mucho sobre música clásica. Durante años pensé que las Variaciones de Goldberg eran algo que el sr. y la sra. Goldberg intentaron en su noche de bodas".
A mí me ocurre algo parecido. Las incursiones en la música clásica han venido dadas por el interés suscitado a través de otros medios, principalmente el cine. En El Silencio de los Corderos, Hannibal Lecter escucha una grabación poco antes de escapar. La sensación de deleite que transmite hace que yo desee disfrutar del mismo modo de esa pieza. En los créditos descubro que se trata de Las Variaciones de Golberg, de J.S. Bach.
Cuenta J.N. Forkel, uno de los biógrafos de Bach, que el conde Hermann Carl von Keyserlingk le encargó la composición de unas piezas de carácter suave para teclado, con las que pasar las noches de insomnio en la Corte de Dresde. En 1741, Bach completó las partituras que tituló Aria con Diversas Variaciones para el Clavicémbalo con 2 Manuales, por las que el conde le pagó con una copa llena de monedas de oro, el sueldo que Bach ganaba como Kantor de la Thomaskirche de Dresde. A cargo de von Keyserlingk, estaba el clavicenbalista Johann Gottlieb Goldberg, quien con 14 años sería el encargado de tocar las variaciones para el conde, que rebautizó la obra como las "Variaciones de Goldberg".
Aunque nadie cree que los hechos sucedieran de este modo, sino que al parecer las partituras fueron un regalo de Bach al conde por su recomendación para el puesto de Compositor de la Corte, nadie pasa por alto la versión de Forkel para adornar la historia de esta obra maestra.
En la búsqueda de una versión de las variaciones, al final me he encontrado con las siguientes opciones: O se elige una versión para clavicémbalo, o una versión para piano. De entre las versiones para clavicémbalo, mostraré la que me ha sido más fácil encontrar en Youtube, la de Pierre Hantaï (una de las más valoradas, por cierto). Entre las versiones al piano, me he encontrado con una de Barenboim. Por Barenboim siento una admiración y un respeto fuera de lo común, y creo que no tiene rival en sus interpretaciones de Beethoven; pero he escuchado las variaciones interpretadas por Glenn Gould, y ya sé qué es lo que quiero comprar.
Gould guardaba un ritual tanto en las grabaciones como en los conciertos. Llevaba consigo un par de botellas de agua y toallas, ya que sumergía las manos en agua caliente durante 20 minutos; a todas partes portaba una caja de pastillas de todo tipo y su silla personal para poder sentarse a una altura menor a lo habitual. Otro de sus gestos característicos era el canturreo mientras tocaba el piano. Aun hoy, sigue siendo el pianista que más discos ha vendido de las Variaciones de Goldberg.
Creo que me llevaré otra versión en clavicémbalo, probablemente la de Scott Ross. ¡Cómo puede traicionar la memoria! hubiera jurado que la versión que aparece en El Silencio de los Corderos era con clavicémbalo, y no, era al piano." Copyright reserved